Teoría y Ética de la Comunicación
CICLO LECTIVO 2015 -
Prof. Lic. Daniel do Campo Spada | Lic. Romina Casas

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Emisor, Receptor y contexto .

Es una definición que todo ser humano urbano moderno lleva consigo. Basta pedir una descripción de los componentes básicos de la comunicación para que se mencione un Emisor, un Receptor y un medio o canal. Pero las diferencias que surgen entre los comunicólogos cuando empezamos a recortar el objeto prometen ser una batalla que aún está lejos de terminar. Al ser algo que nos atraviesa a todos, implica que cualquier profesional en cualquier ciencia habla con tanta suficiencia de algo que apenas sobrevoló en algún momento de su carrera que solo aporta ruido. El otro gran enemigo es la cómoda costumbre de dejar una definición igual para siempre, a menos que su autor original la cambie. Como por leyes biológicas y de las otras tendemos a morirnos en algún momento de nuestras vidas, pareciera que lo dicho queda cerrado para siempre, y que por sacro respeto nadie vuelve a modificar.
Quizás, rescatando el esquema básico de Jacobkson podamos empezar a construir un edificio complejo y con muchos recovecos que debemos cerrar bajo algún acuerdo.

Cuando hablamos de Emisor, nos estamos refiriendo a la fuente desde la que parte el mensaje. El mismo debe respetar una codificación que le permita trasladarse por el canal, al final del cual se encontrará con el Receptor. Este debe tener la capacidad de descifrar ese código y traducir. En ese estadío, la idea original recobra su esencia. Hasta acá estamos de acuerdo.

Los problemas surgen cuando recortamos el espacio. Por ejemplo, en un salón cerrado donde solo hay un televisor y una persona mirándolo pasivamente, sería fácil decir que el emisor es el aparato y el receptor el televidente. Pero muchos de los que interrogaríamos al respecto se preguntarán por qué el emisor no es directamente el canal1 televisivo correspondiente.
Si repetimos el caso pero con una radio en una oficina donde trabajan muchas personas, tendríamos como emisor al aparato y como receptores a los empleados del lugar. ¿Y por qué no la radioemisora como emisor?
En ambos ejemplos, hay un claro recorte espacial, que llamaremos contexto.

Como contexto entendemos al espacio que comparten los actores a estudiar.

Y con esto hay que tener mucho cuidado, porque si a ambos ejemplos iniciales, en los cuales el contexto podría haber sido tanto el salón como la oficina, puedo acordar que pretendo estudiar a los mismos receptores pero en el contexto ciudad, se pueden dar dos escenarios:
a) Si las emisoras de radio y TV está dentro de la ciudad, se convierten automáticamente en Emisor.
b) Si ambas estaciones están fuera de la ciudad, el emisor vuelven a ser los aparatos.

 

Extraído de:
do Campo Spada, Daniel
. "La Comunicación como Órganon de la existencia"
Buenos Aires. Ediciones El Garage. 2004